Esta publicidad de una exhibición que presentaría el Luna Park, finalizando la década de 1930, expresa muy visiblemente, la mecánica de la producción cultural en la moderna economía. El show es dominado desde antes de su exhibición por toda una conceptualización. La publicidad (incluida además en un folleto de otro espectáculo que se ofrecía por entonces en el estadio) opera en ese sentido: dispara la función como una novedad que causará sensación ¿Cómo se sabe que motivará ese efecto? Es parte del concepto. Así, el “conquistará a las multitudes” y el “como en Nueva York” se convierten en argumento de calidad del producto. Por otra parte, esa ambigüedad “deporte-espectáculo”, aportará una diversidad de ingredientes, que buscará atraer a un público heterogéneo, antes de que el mismo espectáculo llegue.